domingo, 20 de septiembre de 2009




ORACIÓN A SAN JUAN MARÍA VIANNEY
(SANTO CURA DE ARS)


Te amo mi Dios; mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida.

Te amo, infinitamente, amoroso Dios Padre misericordioso, y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.

Te amo, mi Dios, y mi único temor es vivir alejado de Ti, porque así nunca tendría la dulce consolación de tu amor; mi Dios, si mi lengua no puede decir cada instante que te amo, por lo menos quiero que mi corazón lo repita cada vez que respiro.

Dame la gracia de sufrir mientras que te amo, y de amarte mientras que sufro, y el día que muera no solo deseo amarte, sino sentir que te amo.

Te suplico que mientras más cerca TÚ estés de mi en la hora FINAL, aumentes y perfecciones mi amor por Ti.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.

“TE AMO, MI DIOS”

Autor: San Juan María Vianney.
DOMINGO 20 SEPTIEMBRE
25º TIEMPO ORDINARIO
1ª SEMANA DEL SALTERIO
Marcos 9, 30-37: Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará. Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: ¿De qué discutíais por el camino? Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: Quién quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

viernes, 11 de septiembre de 2009


DOMINGO 13 SEPTIEMBRE
24º TIEMPO ORDINARIO
4ª SEMANA DEL SALTERIO

Marcos 8, 27-35: Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino preguntó a sus discípulos:¿Quién dice la gente que soy yo?. Ellos le contestaron:Unos, Juan Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas. Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy?. Pedro le contestó: Tú eres el Mesías. Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirles: El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días. Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro:¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombre, no como Dios!. Después llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por el Evangelio, la salvará.